Una boda en Marbella a todo color 
Isabel y Manolo se dieron el sí quiero con el sol de Marbella como compañero y un montaje a todo color repleto de magia. ¡No os perdáis su boda!
Para el gran día Isabel confió en Silvia Casado para la peluquería y Dora Make Up para el maquillaje. En el primer caso, optó por una sencilla coleta con tirabuzones en altura media con flequillo a un lado. Mientras que para el maquillaje, escogió darle protagonismo a sus ojos rasgados enfatizados con eyeliner, piel de terciopelo, y un labial fucsia muy favorecedor.
Su vestido, obra de Marcela Mansergas destacaba por su originalidad y sus mil y un detalles. Un cuerpo que unía la tendencia off shoulders con líneas horizontales en el escote y mangas francesas con encaje tipo redecilla. La falda estaba repleta de bordados florales de gran tamaño, un trabajo como para dar la enhorabuena a todo el equipo.

Para hacerle un guiño a su suegra, decidió lucir unos pendientes de perlas que le pertenecían.
Al contrario que muchas novias, apostó por no llevar tocado y añadir un lazo vintage que encontró con Marcela Mansergas en su taller y que después le realizó unas pequeñas modificaciones para hacerlo más actual.

Sus sandalias, fueron uno de los puntos clave de sus estilismo, eran concretamente el modelo Rose Gold de Azedine Alaïa, París en color cobre.

Una de los detalles que más deseaba Isabel es que su boda fuera una explosión de color en toda regla. Y la mejor forma de comenzar era con su ramo de novia, creado por Virginia Floristas compuesto de rosas, peonía y verdes decorada con un lazo coral.

Llegó el momento de dirigirse a la Parroquia Santa María Estrella de los Mares situada en Málaga. Para ellos este rito era realmente importante y se dieron un rotundo sí quiero frente a todos sus seres queridos. La decoración floral de la Iglesia se basó en enormes jarrones dorados con flores en tonos blancos y verdes también de Virginia Florista.

Y felices, se marcharon a una villa privada de Marbella donde se reencontrarían con todos sus invitados para celebrar la buena nueva. Pero no sin antes ponerse frente al objetivo de Nani Pérez.





Toda la villa estaba decorada con un gusto exquisito por Sí Quiero de Sira Antequera. Tras una distendida conversación, llegaron a la conclusión de que elegirían el color turquesa y oro para los detalles principales de la decoración, como las invitaciones. Unos colores que después se acompañarían con otros más vibrantes.
La villa se distribuyó en 3 secciones: una para la recepción de la boda, que era el jardín principal de la casa, otra sección donde se celebró el almuerzo y se colocó en el jardín frontal al mar y la última sección fue para la fiesta y el área de baile, ubicada en los salones de la casa. ¡Una boda de mañana mágica!
Toda la decoración giró en torno a una temática, las películas que les habían marcado a ambos, y por ello, cada mesa llevaría el nombre de una película muy famosa. ¡No os perdáis el maravilloso buffet de dulces que organizaron!

Nada más llegar a la finca los invitados pudieron disfrutar de un delicioso cóctel y aperitivos de Goyo catering a la sombra de unas velas triangulares. Lo que logró un sombreado muy especial. Tras el cóctel era el momento de pasar a la zona del almuerzo con sus elegantes mesas vestidas de lino (en color turquesa y verde claro y gris) y sus centros de mesa con flores frescas.





Por aquel entonces, una de sus mejores amigas estaba soltera y fue la gran afortunada de la noche con la entrega de su ramo. Y casualidades de la vida, ya no está soltera.
Para seguir con el hilo de la temática de películas famosas, no dudaron el convertir su vals en la película de Nothing Hill con la canción When you say nothin at all cantada por el grupo Malpaso en directo.

Después tuvieron la fiesta estaba decorada como una sala de discoteca con una amplia gama de efectos de luz.
Espero que os haya encantado cada detalle de esta boda.
Un beso, Ana.
Publirreportaje

Isabel y Manolo se dieron el sí quiero con el sol de Marbella como compañero y un montaje a todo color repleto de magia. ¡No os perdáis su boda!
Para el gran día Isabel confió en Silvia Casado para la peluquería y Dora Make Up para el maquillaje. En el primer caso, optó por una sencilla coleta con tirabuzones en altura media con flequillo a un lado. Mientras que para el maquillaje, escogió darle protagonismo a sus ojos rasgados enfatizados con eyeliner, piel de terciopelo, y un labial fucsia muy favorecedor.
Su vestido, obra de Marcela Mansergas destacaba por su originalidad y sus mil y un detalles. Un cuerpo que unía la tendencia off shoulders con líneas horizontales en el escote y mangas francesas con encaje tipo redecilla. La falda estaba repleta de bordados florales de gran tamaño, un trabajo como para dar la enhorabuena a todo el equipo.
Para hacerle un guiño a su suegra, decidió lucir unos pendientes de perlas que le pertenecían.
Al contrario que muchas novias, apostó por no llevar tocado y añadir un lazo vintage que encontró con Marcela Mansergas en su taller y que después le realizó unas pequeñas modificaciones para hacerlo más actual.
Sus sandalias, fueron uno de los puntos clave de sus estilismo, eran concretamente el modelo Rose Gold de Azedine Alaïa, París en color cobre.
Una de los detalles que más deseaba Isabel es que su boda fuera una explosión de color en toda regla. Y la mejor forma de comenzar era con su ramo de novia, creado por Virginia Floristas compuesto de rosas, peonía y verdes decorada con un lazo coral.
Llegó el momento de dirigirse a la Parroquia Santa María Estrella de los Mares situada en Málaga. Para ellos este rito era realmente importante y se dieron un rotundo sí quiero frente a todos sus seres queridos. La decoración floral de la Iglesia se basó en enormes jarrones dorados con flores en tonos blancos y verdes también de Virginia Florista.
Y felices, se marcharon a una villa privada de Marbella donde se reencontrarían con todos sus invitados para celebrar la buena nueva. Pero no sin antes ponerse frente al objetivo de Nani Pérez.
Toda la villa estaba decorada con un gusto exquisito por Sí Quiero de Sira Antequera. Tras una distendida conversación, llegaron a la conclusión de que elegirían el color turquesa y oro para los detalles principales de la decoración, como las invitaciones. Unos colores que después se acompañarían con otros más vibrantes.
La villa se distribuyó en 3 secciones: una para la recepción de la boda, que era el jardín principal de la casa, otra sección donde se celebró el almuerzo y se colocó en el jardín frontal al mar y la última sección fue para la fiesta y el área de baile, ubicada en los salones de la casa. ¡Una boda de mañana mágica!
Toda la decoración giró en torno a una temática, las películas que les habían marcado a ambos, y por ello, cada mesa llevaría el nombre de una película muy famosa. ¡No os perdáis el maravilloso buffet de dulces que organizaron!
Nada más llegar a la finca los invitados pudieron disfrutar de un delicioso cóctel y aperitivos de Goyo catering a la sombra de unas velas triangulares. Lo que logró un sombreado muy especial. Tras el cóctel era el momento de pasar a la zona del almuerzo con sus elegantes mesas vestidas de lino (en color turquesa y verde claro y gris) y sus centros de mesa con flores frescas.
Por aquel entonces, una de sus mejores amigas estaba soltera y fue la gran afortunada de la noche con la entrega de su ramo. Y casualidades de la vida, ya no está soltera.
Para seguir con el hilo de la temática de películas famosas, no dudaron el convertir su vals en la película de Nothing Hill con la canción When you say nothin at all cantada por el grupo Malpaso en directo.
Después tuvieron la fiesta estaba decorada como una sala de discoteca con una amplia gama de efectos de luz.
Espero que os haya encantado cada detalle de esta boda.
Un beso, Ana.
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