Un vestido de novia con espalda de organza y bordados florales 
Hoy os traigo la boda de Ana y Manuel, una boda muy especial, romántica, sencilla y elegante, plagada de detalles que os encantará. ¡Ojo con los detalles de la espalda de su vestido de novia!
Viajamos hasta el sur, concretamente hacia Chiclana de la Frontera para que podáis asistir, aunque sea de forma virtual, a la boda de Ana y Manuel. ¡Vamos a descubrirla!
Para el gran día, Ana no dudó en elegir a Fefi Rosado para el peinado. Entre las dos escogieron un moño bajo bastante elaborado donde todo el cabello quedara recogido. Para el maquillaje se decantó por la naturalidad con algún toque especial como una sombra de ojos perlada, mejillas con un toque rosado y labial del mismo tono.



El vestido, obra de Teresa Baena, un diseño perteneciente a la colección Josefina, pero con ciertas adaptaciones para que encajara al 100% con su personalidad. Un vestido de dos piezas que combinaba un cuerpo realizado en crep de seda en blanco natural y una maravillosa espalda que hacía un juego de texturas gracias a las flores de organza. Un detalle que también estaba en el puño de la manga.
Por otro lado, la falda destacaba por sus 3 franjas horizontales y su cinta de terciopelo rosa empolvado.



En cuanto a las joyas, lució dos muy especiales para ella: unos pendientes de oro blanco, topacios en tono azul y oro blanco y su anillo de pedida de diamantes.

El tocado de Meraki, al igual que el vestido, reflejaba la personalidad de Ana, elegante y sutil. Un tocado tipo tiara muy ligera, realizada con plumas en rosa empolvado, todo ello combinado con perlas en hilo de plata.

El color rosa empolvado estuvo siempre presente en todos los detalles de su estilismo. Por este mismo motivo no podía faltar en sus zapatos. Ana escogió unos bonitos salones de la firma Lodi con broche cuadrado de strass en la parte frontal.

Para el ramo, Ana confió en Artemisa, un ramo hecho a medida que define su esencia creado a partir de hojas de eucalipto, astilbe, astrantia erika, siempreviva y brumias, todas ellas formando un ramo desigual pero acomodado al mismo tiempo para crear el ramo perfecto. Para darle el toque final, no podía falta la lazada de terciopelo rosa, el mismo de su vestido.

La ceremonia religiosa fue en la Iglesia Mayor de San Juan Bautista de Chiclana de la Frontera, una iglesia de estilo neoclásico donde Artemisa también puso su toque elegante a través de la decoración floral.


Después, el convite y la posterior fiesta tuvo lugar en las Bodegas González Byass, un lugar impresionante donde Florenea se encargó de convertir este espacio en un jardín de almendros, un montaje espectacular, donde todo el mundo quedó impactado por su elegancia y sofisticación.



Para el catering, apostaron por La Buganvilia, el propio catering de las bodegas con 10 años de experiencia y servicio en el sector. Apostando por la calidad y el detalle en cada plato.


Todas las fotografías tan bonitas y espectaculares que veis en este post pertenecen a la fotógrafa María Benítez, donde podéis ver en las imágenes el reflejo de las emociones de una boda preciosa. Y del vídeo de la boda se encargó el profesional Manu Caballero.




Después de la cena, se dio paso a uno de los momentos más emotivos, la entrega del ramo. Ana decidió dárselo a su única hermana, Lola. Y, después, llegó la hora del baile de los recién casados, que bailaron al ritmo de Flightless Bird de American Mouth.
El segundo baile fue un pasodoble, pero esta vez cambiando de pareja, con su padre, otro de los momentos más emotivos de la noche.



Espero que os haya gustado la boda de Ana y Manuel, una boda sencilla, organizada en tan solo tres meses, pero muy bonita, que logró impactar y emocionar a todos los invitados.
Un beso, Ana.
Publirreportaje.

Hoy os traigo la boda de Ana y Manuel, una boda muy especial, romántica, sencilla y elegante, plagada de detalles que os encantará. ¡Ojo con los detalles de la espalda de su vestido de novia!
Viajamos hasta el sur, concretamente hacia Chiclana de la Frontera para que podáis asistir, aunque sea de forma virtual, a la boda de Ana y Manuel. ¡Vamos a descubrirla!
Para el gran día, Ana no dudó en elegir a Fefi Rosado para el peinado. Entre las dos escogieron un moño bajo bastante elaborado donde todo el cabello quedara recogido. Para el maquillaje se decantó por la naturalidad con algún toque especial como una sombra de ojos perlada, mejillas con un toque rosado y labial del mismo tono.
El vestido, obra de Teresa Baena, un diseño perteneciente a la colección Josefina, pero con ciertas adaptaciones para que encajara al 100% con su personalidad. Un vestido de dos piezas que combinaba un cuerpo realizado en crep de seda en blanco natural y una maravillosa espalda que hacía un juego de texturas gracias a las flores de organza. Un detalle que también estaba en el puño de la manga.
Por otro lado, la falda destacaba por sus 3 franjas horizontales y su cinta de terciopelo rosa empolvado.
En cuanto a las joyas, lució dos muy especiales para ella: unos pendientes de oro blanco, topacios en tono azul y oro blanco y su anillo de pedida de diamantes.
El tocado de Meraki, al igual que el vestido, reflejaba la personalidad de Ana, elegante y sutil. Un tocado tipo tiara muy ligera, realizada con plumas en rosa empolvado, todo ello combinado con perlas en hilo de plata.
El color rosa empolvado estuvo siempre presente en todos los detalles de su estilismo. Por este mismo motivo no podía faltar en sus zapatos. Ana escogió unos bonitos salones de la firma Lodi con broche cuadrado de strass en la parte frontal.
Para el ramo, Ana confió en Artemisa, un ramo hecho a medida que define su esencia creado a partir de hojas de eucalipto, astilbe, astrantia erika, siempreviva y brumias, todas ellas formando un ramo desigual pero acomodado al mismo tiempo para crear el ramo perfecto. Para darle el toque final, no podía falta la lazada de terciopelo rosa, el mismo de su vestido.
La ceremonia religiosa fue en la Iglesia Mayor de San Juan Bautista de Chiclana de la Frontera, una iglesia de estilo neoclásico donde Artemisa también puso su toque elegante a través de la decoración floral.
Después, el convite y la posterior fiesta tuvo lugar en las Bodegas González Byass, un lugar impresionante donde Florenea se encargó de convertir este espacio en un jardín de almendros, un montaje espectacular, donde todo el mundo quedó impactado por su elegancia y sofisticación.
Para el catering, apostaron por La Buganvilia, el propio catering de las bodegas con 10 años de experiencia y servicio en el sector. Apostando por la calidad y el detalle en cada plato.
Todas las fotografías tan bonitas y espectaculares que veis en este post pertenecen a la fotógrafa María Benítez, donde podéis ver en las imágenes el reflejo de las emociones de una boda preciosa. Y del vídeo de la boda se encargó el profesional Manu Caballero.
Después de la cena, se dio paso a uno de los momentos más emotivos, la entrega del ramo. Ana decidió dárselo a su única hermana, Lola. Y, después, llegó la hora del baile de los recién casados, que bailaron al ritmo de Flightless Bird de American Mouth.
El segundo baile fue un pasodoble, pero esta vez cambiando de pareja, con su padre, otro de los momentos más emotivos de la noche.
Espero que os haya gustado la boda de Ana y Manuel, una boda sencilla, organizada en tan solo tres meses, pero muy bonita, que logró impactar y emocionar a todos los invitados.
Un beso, Ana.
Publirreportaje.
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