La boda de Verónica y Gonzalo 
Verónica y Gonzalo se casaron el pasado 21 de junio en una finca de la familia del novio. Y todo resultó precioso.
Gonzalo siempre tuvo claro que quería casarse ahí, en Muñibañez, la finca familiar de Albacete donde los recuerdos se agolpaban uno tras otro.
Para un día tan especial, Verónica contó con la ayuda de Mayte Lucas para la peluquería y el maquillaje. Tenía muy buenas referencias de varias amigas, y se decantó por un maquillaje fresco y natural y una trenza hecha mechón a mechón.
Como complemento al peinado, Verónica escogió una diadema de las inimitables flores de cera artesanales de Le Touquet en tonos perlados y nácar, muy parecida a la que había llevado su madre el día de su boda.
Su traje de novia lo elaboró Inunez. El vestido tenía corte a la cintura y cuerpo ablusado con cuello a caja y escote pronunciado y asimétrico en la espalda. La manga era larga de plumetti y estaba rematada con un puño de encaje. Por su parte la falda de crêpe de sela velada con georgette, estaba preciosa cortada al bies.
Gonzalo también estaba muy guapo con un clásico chaqué, chaleco de Anglomanía, corbata estampada y unos gemelos que sus padres le habían regalado al cumplir 18 años, además de su reloj Tag Heuer regalo de pedida.
De la Iglesia de Santa María del Salvador, en Chinchilla de Monte-Aragón, salieron los novios en un 2 caballos amarillo. Uno de sus planes estrella en el campo es dar un paseo en el 2 caballos de la finca sin saber si van a tener que volver andando o no, así que tuvieron claro que de su boda tenían que salir en un coche como ese.
Del ramo de novia, así como de toda la decoración floral de la Iglesia y de la finca, se encargó Cristina García Navarro. Muy sencilla y acorde con la ubicación, el campo.
De la decoración de la boda se encargaron personalmente las hermanas de los novios y, aunque no son decoradoras, trabajaron en equipo para que todo resultara precioso.
El catering escogido para la ocasión fue La Blonda, sabor y presentación exquisita, una combinación perfecta para un día tan importante.
Todos los detalles supo captarlos a la perfeccción APB Fotos, quienes les transmitieron a los novios desde el principio muchísima confianza y con quienes, además, se lo pasaron fenomenal.
La guinda la puso Hey Mickey al frente de la mesa de mezclas y, aunque la boda fue de mañana, allí no se retiró nadie hasta bien entrada la madrugada.
¡Muchas felicidades a los novios!
Con cariño, Ana.
Otros reportajes de boda que van a gustarte:
La boda de Natalia y Kaku
La boda de Paula y Ramón
La boda de Victoria y Diego

Verónica y Gonzalo se casaron el pasado 21 de junio en una finca de la familia del novio. Y todo resultó precioso.
Gonzalo siempre tuvo claro que quería casarse ahí, en Muñibañez, la finca familiar de Albacete donde los recuerdos se agolpaban uno tras otro.
Para un día tan especial, Verónica contó con la ayuda de Mayte Lucas para la peluquería y el maquillaje. Tenía muy buenas referencias de varias amigas, y se decantó por un maquillaje fresco y natural y una trenza hecha mechón a mechón.
Como complemento al peinado, Verónica escogió una diadema de las inimitables flores de cera artesanales de Le Touquet en tonos perlados y nácar, muy parecida a la que había llevado su madre el día de su boda.
Su traje de novia lo elaboró Inunez. El vestido tenía corte a la cintura y cuerpo ablusado con cuello a caja y escote pronunciado y asimétrico en la espalda. La manga era larga de plumetti y estaba rematada con un puño de encaje. Por su parte la falda de crêpe de sela velada con georgette, estaba preciosa cortada al bies.
Gonzalo también estaba muy guapo con un clásico chaqué, chaleco de Anglomanía, corbata estampada y unos gemelos que sus padres le habían regalado al cumplir 18 años, además de su reloj Tag Heuer regalo de pedida.
De la Iglesia de Santa María del Salvador, en Chinchilla de Monte-Aragón, salieron los novios en un 2 caballos amarillo. Uno de sus planes estrella en el campo es dar un paseo en el 2 caballos de la finca sin saber si van a tener que volver andando o no, así que tuvieron claro que de su boda tenían que salir en un coche como ese.
Del ramo de novia, así como de toda la decoración floral de la Iglesia y de la finca, se encargó Cristina García Navarro. Muy sencilla y acorde con la ubicación, el campo.
De la decoración de la boda se encargaron personalmente las hermanas de los novios y, aunque no son decoradoras, trabajaron en equipo para que todo resultara precioso.
El catering escogido para la ocasión fue La Blonda, sabor y presentación exquisita, una combinación perfecta para un día tan importante.
Todos los detalles supo captarlos a la perfeccción APB Fotos, quienes les transmitieron a los novios desde el principio muchísima confianza y con quienes, además, se lo pasaron fenomenal.
La guinda la puso Hey Mickey al frente de la mesa de mezclas y, aunque la boda fue de mañana, allí no se retiró nadie hasta bien entrada la madrugada.
¡Muchas felicidades a los novios!
Con cariño, Ana.
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La boda de Victoria y Diego
Me ha encantado, una boda especial con un estilo muy propio que refleja perfectamente la personalidad de los novios, que es lo que, a mi parecer, le da verdadero encanto.
¿Podrías recomendarnos algún sitio de diseño de cejas en Asturias? Creo que aún no lo has mencionado en el blog.
Un abrazo.
¡Hola Catia! ¡Muchas gracias por tu comentario! Desconozco qué sitios en Asturias hacen un buen diseño de cejas 🙁 ¡Un abrazo!